
En 1967 tenía un taller de maniquíes propio. La llegada de nuevas técnicas y del poliéster provocó un cambio en su manera de trabajar, aunque no dejó la técnica artesanal del cartón. Su última etapa fue vinculada a la escuela de los Padres Escolapios de la calle de Sant Quintí de Barcelona, donde tenía el taller e hizo tres parejas de gigantes para el mismo colegio. Entre sus creaciones se encuentra el "Avi" del Barça, gigante de la pandilla del barrio de Les Corts de Barcelona (1988), los Gegants de Santa Perpètua de Mogoda (1988) y los Gegants de la Sagrada Familia (1988). En 1987 le fue concedida la Carta de Mestre Artesà y en 1991 recibió la Creu de Sant Jordi.